Moyano y Venegas protagonizaron de una jornada con la familia Rucci en la sede sindical, donde solicitaron el esclarecimiento del asesinato. Apuntan a la pata “setentista” del gobierno. “Si hay algún responsable en el gobierno, deberá ser juzgado como cualquier otro delincuente”, soltó el titular de Uatre.
Un eje: El asesinato de José Ignacio Rucci. Dos protagonistas: Hugo Moyano y Jerónimo “Momo” Venegas. Un pedido: Justicia. Y una sola destinataria de todas las miradas: la presidenta Cristina Kirchner.
Todo esto pasó y se creó esta tarde en el auditorio Felipe Vallese de la histórica sede de la CGT, en la calle Azopardo. Ahí, El 35 aniversario del asesinato de Rucci se transformó en un complicado dolor de cabeza para la Casa Rosada. Es que desde la central obrera lanzaron una embestida apoyada en el pedido de justicia, que toca por debajo de la línea de flotación de la base ideológica de gran parte del kirchnerismo.
Carlos Kunkel, Nilda Garré, Dante Gullo, Jorge Taiana. Estos son algunos de los nombres que representan el espíritu “setentista” con sello K, los cuáles sienten como un desafío la jugada que pusieron a correr desde la sede de la calle Azopardo. Incluso aún más, cuando quien se sumó a la movida fue el propio Moyano.
Quien mejor resumió el sentimiento fue Claudia, una de las hijas del sindicalista asesinado el 25 de septiembre de 1973, de 23 balazos, en el barrio de Flores. “Parece que depende de si a mi papá lo mató el Estado, Montoneros o la Triple A para ver si merece Justicia o no”.
Luego, exhortó: “Quiero pedirle a Cristina que nos ayude a conseguir justicia, porque un país que sigue tirando muertos bajo la alfombra no puede crecer”. “Tiene una oportunidad histórica, espero que esté a la altura de la circunstancias”, cerró frente a un auditorio colmado de bombos, cánticos y tropas de los taxistas, UPCN, Uatre y de Camioneros.
Su hermano Aníbal dijo: “Nos tiene que ayudar, porque es la presidenta de todos los argentinos, no de algunos”. Antes, reconoció que “el año pasado nos presentamos ante la actual presidenta, pero no tuvimos respuesta de nadie”.
EL BOOM DEL LIBRO OPERACIÓN TRAVIATA
La revuelta comenzó cuando el escritor Ceferino Reato saliera a la calle con el libro “Operación Traviata”, días antes del aniversario de la muerte de Rucci, en el día de ayer. El primero en tomar la bandera fue Luís Barrionuevo, pero inmediatamente lo siguió el titular de las 62 Organizaciones, Jerónimo Venegas.
El “Momo” Venegas adelantó que pedirá una audiencia con la presidenta Cristina Kirchner adonde espera concurrir con los hijos de Rucci. El pedido, será que acelere el proceso legal para reabrir la causa y llegar a los responsables del homicidio. A Reato ya le pidieron que declare, por su investigación.
Rápido y perdiendo sintonía con el gobierno, Moyano dobló la apuesta y se sumó a la movida. Organizó el homenaje esta tarde en la sede de la CGT. Y la idea que giró toda la jornada fue instalar el asesinato de Rucci como un hecho que merece ser juzgado como de lesa humanidad.
Por esto, lo llamaron “víctima del terrorismo”, “mártir de la lucha obrera” o un “caído en el cumplimiento de su deber”. “Era el equilibrio entre un movimiento obrero al que lo tironeaban de la derecha y de la izquierda”, dijo Aníbal Torreta, representante de la Juventud Sindical –se destapó como un temible orador-, y al tiempo agregó: “Los que lo mataron, fueron cómplices del golpe del 76”.
“Los responsables tienen que pagar por este crimen. Y si hay algún responsable que pueda estar cerca del gobierno, que se lo juzgue como a cualquier otro delincuente”, remató Venegas.
Fuente Politica on line
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