Pasadas las elecciones, el distrito sufre más asaltos violentos e inseguridad. El transporte público desvía su recorrido, autoridades brillan por su ausencia y vecinos se reúnen en asamblea donde sólo hay una regla: nada de dirigentes políticos.
Por Ariel Kocik
La esquina de Lamadrid y Avenida La Plata del barrio “Bernalesa”, del partido de Quilmes, es desde hace tiempo un pico de inseguridad. Robos a los vecinos, asaltos a colectivos, sensación de aislamiento del barrio, tolerancia de las autoridades a los delitos, consumo de paco que se fabricaría en la villa Los Eucaliptos del lugar (la misma de donde salió el jugador Sergio “el Kun” Agüero), hacen un panorama difícil para quienes vuelven a sus hogares luego de su trabajo diario.
Líneas como el 148 o el 159, que van y vuelven de la Capital, suspendieron su habitual paso por la zona, con la excusa de sufrir reiterados robos y decir que a un chofer le cortaron un dedo, aunque llamativamente la denuncia no está registrada. Ahora pasan por la calle Martín Rodríguez, cuatro cuadras al oeste.
Los desvíos agravaron el malestar de los vecinos, que ahora caminan más cuadras hasta su casa al bajar del colectivo, en medio de un sombrío escenario, literalmente tierra de nadie cuando ya oscurece, con trabajo más sencillo para los ladrones.
Cansados de esperar soluciones del municipio o de la policía, los lugareños comenzaron a reunirse y a debatir los problemas de la zona en asambleas, con la intención de no “dejar entrar” a nadie que ostente signos políticos, para no dar votos ni “para una sociedad de fomento”.
Luego del triunfo del metalúrgico Francisco “Barba” Gutiérrez sobre el ex intendente Julio Villordo existe un vacío de transición en la ciudad que impide plantear reclamos con demasiada certeza de la vía, al menos hasta que se constituya el nuevo poder.
Para no perder tiempo, los vecinos se reúnen en esquinas o placitas cercanas, y ya cortaron la esquina de Zapiola y Avenida Dardo Rocha como protesta. También identifican con moños amarillos las casas de los que adhieren a su cruzada por la seguridad, que también es por mejorar el alicaído aspecto del barrio, y las condiciones que llevan al excesivo consumo de drogas de los jóvenes. Dicen que “es extraño que los colectivos corten el paso por acá”, habiendo otras zonas también peligrosas y circuladas, y que el gremio transportista tiene poder para pedir seguridad.
SALVAJE ACTITUD DE UN COLECTIVERO
Hace unos días, a las 18 horas, volvieron a cortar la esquina de Dardo Rocha. Un chofer de la línea 266, patente DON 708, intentó pasar a toda costa. Personas mayores y algunos jóvenes le indicaron no hacerlo, y el colectivero, impunemente, les echó el transporte encima.
Ante la brutal reacción, algunos manifestantes se enardecieron y arrojaron piedras al vehículo, rompiendo varios vidrios. Minutos después el conductor negó su clara actitud de atropello, y dijo que entre los escasos pasajeros hubo heridos por las pedradas, lo que se pudo desmentir fácilmente con el testimonio una pasajera que lo contrarió. Sólo una de ellas, posteriormente, se desmayó por el susto mientras la policía le tomaba declaración. En cualquier caso, la gran responsabilidad fue del conductor, al lanzarse salvajemente sobre un grupo donde también había gente mayor, que no mostró hostilidad hasta percibir la locura del colectivero.
Los vecinos radicarán las denuncias contra el sujeto, y mostraron intención de fortalecerse y compartir su experiencia con asambleas como Bernal Unido, que viene de ganar batallas contra la construcción ilegal de edificios, y comprometer al nuevo intendente a investigarlas.
“La Perla”, o “La Bernalesa”, es una zona de fábricas abandonadas, campos baldíos, una villa donde se vende droga (varias veces los helicópteros de la policía rondaron el lugar) y la complicación de ser el límite entre Quilmes y Bernal, que dificulta la jurisdicción a la hora de hacerse cargo de la seguridad, y de reclamos como el de una manzana baldía en abandono (Lamadrid y Arenales), a veces refugio de delincuentes.
El lugar está cerca de donde hasta hace poco vivía el nuevo jefe comunal, Francisco “Barba” Gutiérrez. Entre las propuestas del intendente electo está la de formar un Consejo Asesor con representantes de grupos vecinales, profesionales y comunitarios, para discutir un “modelo” de ciudad, con anunciado énfasis en lograr soluciones “equitativas”, es decir, no favorecer sólo a los mejor posicionados. Otra es transformar los “asentamientos precarios” en barrios, mediante la autogestión o los planes de ahorro.