El presidente, enojado con los mandatarios tras el fracaso de la ley ómnibus, podría hacer cambios en su Gobierno una vez que vuelva de su gira por Israel y el Vaticano.
El fracaso de la ley ómnibus para el gobierno nacional significó una derrota dura en la Cámara de Diputados cuando pensaba que tenían los votos para aprobar artículos que La Libertad Avanza (LLA) consideraba clave para que el proyecto.
El presidente decidió que no vuelva a tratarse en comisiones. Es que Milei quedó enfurecido con los gobernadores que habían alcanzado un acuerdo con el ministro del Interior, Guillermo Francos, su brazo político, que iban a aportar el voto de sus legisladores, algo que finalmente no ocurrió.
La «traición» que sintió el jefe de Estado podría quedar reflejada en posibles despidos de funcionarios que responden a los gobernadores (especialmente de Córdoba y Salta, Martín Llaryora y Gustavo Sáenz, respectivamente) que integran el gabinete por los acuerdos con Francos. Eso fue lo que llevó a la derrota legislativa.
Sin embargo, un funcionario cercano a la presidencia remarcó: «Si se va uno, se van todos», fue la definición precisa para marcar el futuro de Osvaldo Giordano (ANSES), Franco Mogetta (Transporte), Daniel Tillard (Banco Nación), Luis Giovine (Obras Públicas) y Flavia Royón (Minería).
Lo cierto es que esta situación se podría aclarar una vez que el presidente termine su gira por Israel y el Vaticano. Más allá de que el vocero presidencial, Manuel Adorni, remarcó que no está en los planes echar a nadie, no se descarta que Milei pueda pedirles la renuncia a los funcionarios.
Lo que sí es un hecho es que, en medio de fuego cruzado con los gobernadores por la quita de subsidios al transporte en las provincias -excepto Buenos Aires y la Capital Federal-, el pacto fiscal que se habló entre Francos y los mandatarios se retrasará para trabajarse en otro momento a raíz de lo ocurrido en Diputados.
Por eso, en el gobierno dan por descartada la posibilidad de convocar a un pacto fiscal con los gobernadores en el corto plazo. «Nosotros no lo necesitamos. Si ellos se quieren venir a sentar con una propuesta», se sinceró un funcionario con acceso al despacho presidencial en diálogo con el portal de noticias Infobae.
Además de lo ocurrido con la ley ómnibus, durante los últimos días de negociación antes de la votación, el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, les pidió a algunos gobernadores -especialmente al cordobés Llaryora-, que no incluyan en la discusión particular de la ley la coparticipación del Impuesto PAIS. A cambio les propuso tratar un paquete fiscal entre la aprobación del proyecto en la Cámara baja y su tratamiento en el Senado. Traducido: promesas de enviar fondos a cambio de votos.
Finalmente, eso sucedió porque los gobernadores no aceptaron y porque el tratamiento de la ley se frenó y volvió todo a foja cero. Por eso, en el Gobierno parecen estar tomándose revancha de lo que consideran como una traición y retrasarán el pacto fiscal.
«Cada gobernador deberá pagar los sueldos con la plata que tiene en sus provincias«, advirtieron en una importante oficina de la Casa Rosada. El pase de facturas recién empezó y cuando el presidente vuelva de su gira, podría haber más capítulos de la sangría que dejó el fracaso de la ley ómnibus.