No son pocos los que ponen en duda la unidad del peronismo en el 2025. El acuerdo legislativo que podría no cumplirse y desconfían desde el Frente Renovador.
La situación en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires refleja tensiones internas dentro de Unión por la Patria (UP), especialmente tras la reelección del gobernador, Axel Kicillof. Los acuerdos entre distintos sectores del oficialismo dejaron heridas abiertas y uno de los puntos conflictivos fue la presidencia de la Cámara de Diputados, vacante que dejó Federico Otermín.
Los dirigentes Máximo Kirchner y Martín Insaurralde lograrom negociar con el Frente Renovador (FR), liderado por Sergio Massa, un esquema rotativo para ocupar ese puesto en la Cámara. En 2024, Alejandro Dichiara ocupará la presidencia, con la promesa de que en 2025 será reemplazado por Alexis Guerrera, dirigente del massismo. Sin embargo, este acuerdo genera desconfianza y tensiones internas.
A lo largo del año, episodios como el escándalo de Julio «Chocolate» Rigau exacerbaron las diferencias entre el FR y el sector de Insaurralde, sumándose conflictos sobre el control de espacios legislativos y ejecutivos. Un legislador massista expresó pesimismo respecto a que se cumpla con la rotación acordada para 2025.
A pesar de estas tensiones, no se espera una ruptura inmediata de Unión por la Pateia. A pesar del descontento, los principales dirigentes mantienen su compromiso con la coalición gobernante en la provincia. Massa, conocido por su habilidad para negociar tanto dentro como fuera del peronismo, podría buscar nuevas formas de acuerdo para evitar que los conflictos escalen.
En febrero de 2024, el FR envió un mensaje fuerte al ausentarse de una sesión legislativa en protesta por demandas no atendidas de los intendentes. Asimismo, a fines de mayo, el conflicto en Roque Pérez tensó aún más las relaciones cuando el intendente massista fue despojado de la presidencia del Concejo Deliberante.
En medio de este contexto, algunos sectores dentro de UP no están seguros de que se respete la rotación pactada para la presidencia de la Cámara de Diputados. Dichiara, por ejemplo, ha insinuado que no piensa dejar su puesto en 2025, lo que añade más incertidumbre a la situación.
Con miras a las elecciones de 2025, persiste la duda sobre la unidad del peronismo. Aunque las intenciones de mantenerse bajo el mismo paraguas se manifiestan públicamente, en privado no todos confían en que se logre preservar la alianza. Todo está por verse.