
Los dirigentes del partido amarillo no logran llegar a un acuerdo y todo es disputa a cielo abierto. Se espera que continúe igual hasta Junio. Se aguarda la licitación para la realización del Sistema de Boleta Única Electrónica.
Que Mauricio Macri decidiera no competir en las elecciones de este año generó en el PRO un desorden que sólo empezará a cambiar el 24 de junio, el día en que estarán obligados a presentar ante la justicia electoral las listas de candidatos nacionales bonaerenses y porteños. Desde ese día el resultado de la pelea interna que queda expuesta cada semana quedará en manos de los votantes, que resolverán en las PASO la identidad del nuevo jefe de gobierno. En un mensaje en las redes sociales, María Eugenia Vidal se bajó de la idea de ser candidata a presidenta. Con su renunciamiento, la pelea por el liderazgo del PRO tendrá como contendientes a Horacio Rodríguez Larreta y a Patricia Bullrich.
Es cierto que Macri nunca fue un líder que tomó decisiones en solitario y acostumbraba a conversar cada paso relevante con un entorno que incluyó alternativamente a su amigo Nicolás Caputo, a Marcos Peña, a Emilio Monzó, a Jaime Durán Barba y a los propios Rodríguez Larreta y Vidal. Pero hoy no existe ese jefe único y tampoco una mesa chica.
Sin un árbitro que pueda ordenar esa disputa, las diferencias entre Larreta y Bullrich crecen libremente. El desacuerdo nacional se trasladó a los dos distritos más importantes para el PRO, la provincia de Buenos Aires y la capital federal. En el primero de ellos, Larreta intenta imponer su plan para que cada candidato presidencial de Juntos por el Cambio lleve un candidato propio a la gobernación bonaerense. Hasta ahora el jefe de gobierno no consigue que Bullrich, Macri ni los radicales estén de acuerdo con su idea.
En la ciudad, el PRO sigue sin unificar una precandidatura para enfrentar en las PASO al radical Martín Lousteau. Mauricio Macri ya dijo varias veces que impulsa una candidatura única de su primo Jorge Macri. Rodríguez Larreta busca resistir esa jugada sosteniendo la postulación de Fernán Quirós y Patricia Bullrich presiona a Jorge Macri para que rompa lazos con Horacio. Como forma de mantener esa presión, Bullrich coquetea con la posibilidad de apoyar para el puesto a Ricardo López Murphy.
La disputa entre Bullrich y Larreta se distingue porque ocurre en un contexto con dos complicaciones: Una es la gravedad de la crisis económica, que dejará casi sin espacio para maniobrar al próximo gobierno y el otro es la aparición de un discurso rupturista, delirante y desconocido para el gran público como el que repite Javier Milei y los libertarios. El propio Macri pensó durante meses en la posibilidad de abrazar la propuesta de la dolarización que ofrece Milei.
Elecciones electrónicas
Mientras tanto, este jueves se lanzó la licitación para posibles proveedores de Sistema de Boleta Única Electrónica (BUE). En el plazo de diez días, las compañías que puedan garantizar un servicio seguro y eficiente deberán inscribirse en el Registro Informatizado Único y Permanente de Proveedores de la ciudad.
Sin contemplar la posibilidad de un eventual balotaje, y considerando que la proyección de electores en la ciudad de Buenos Aires es de 3.150.000 personas, el costo de la disposición de este sistema electoral será de de u$s 18.900.000 solo para las primarias y las generales: unos $4.403.700.000, tomando el dólar oficial.
Felipe Miguel aseguró que el servicio que se contrate debe garantizar el resultado en dos soportes: uno en papel, para su posterior fiscalización por parte de las autoridades electorales pertinentes, y el otro en formato electrónico. Este último caso permitirá la divulgación de un escrutinio provisorio electrónico con antelación y con datos fidedignos.
Además, el jefe de Gabinete afirmó que «no habrá dos colas ni dos mesas de autoridades», sino que la modalidad del desdoblamiento concurrente contemplará una sola mesa donde el elector recibirá el sobre para introducir la lista de autoridades nacionales y otra boleta (o sistema a definir, cuando se escoja finalmente el proveedor) para los candidatos porteños. Aún no está definido si se unificará el cuarto oscuro.
El escrutinio definitivo, como es habitual, quedará en manos de la Justicia Electoral Nacional, con excepción de los votantes extranjeros, cuyos casos quedarán en la órbita de la Justicia Electoral comunal.