Un día después de impugnar los resultados de los comicios, el candidato de izquierda redobló su apuesta; crece la incertidumbre.
Luego de negar su derrota y anunciar que impugnará las elecciones presidenciales del domingo en México, en las que se impuso Enrique Peña Nieto (PRI), el izquierdista Andrés Manuel López Obrador subió ayer el tono de su reclamo y demandó el recuento total de votos.
Su discurso sembró la incertidumbre en un país que teme revivir lo sucedido hace seis años , cuando López Obrador denunció un fraude masivo a favor del actual presidente, Felipe Calderón, y "tomó" el centro de la capital con sus seguidores durante meses.
"Por el bien de la democracia, por el bien del país, deben contarse todos los votos para que no queden dudas", afirmó ayer López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en una conferencia de prensa.
Según los datos preliminares del Instituto Federal Electoral (IFE), con el 98,95% de las actas escrutadas, Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ganó las elecciones con el 38,1% de los votos, una cómoda ventaja sobre López Obrador (31,6%) y la oficialista Josefina Vázquez Mota (25,4%).
Sin embargo, el líder izquierdista desconoció el resultado y presentó ayer ante el IFE una solicitud para recontar los 49 millones de votos.
Luego de la crisis de las elecciones pasadas, México aprobó una ley electoral que permite el recuento de votos en los distritos donde se presenten ciertas irregularidades, como que la suma de votos no coincida con el total de votantes.
Según López Obrador, el 80% de las 143.000 mesas de votación presentaron alguna inconsistencia de este tipo y eso obliga al recuento total de las mesas.
"Es lo que establece la ley, no tiene margen a la interpretación", dijo el líder de izquierda.
Por ahora, no hay nada irregular en su demanda y el IFE puede hoy aceptarla o desecharla. La pregunta es qué hará López Obrador si no le dan la razón. El político jugó con la ambigüedad durante la campaña y cuenta con gran poder de movilización en la capital. Eso provocó que muchos dudaran de su afirmación de que iba a respetar los resultados.
Ayer el líder izquierdista volvió a criticar los comicios y nuevamente acusó al PRI de haber comprado "millones de votos"."Es una vergüenza nacional esta elección por la manera en que actuaron. De lo que no queda duda es de que no hubo una elección limpia y libre", sostuvo.
Horas antes del explosivo reclamo del candidato izquierdista, el IFE había anunciado que contaría de nuevo un tercio de los votos de las elecciones del domingo por "inconsistencias". Según el IFE, el recuento no está vinculado con la denuncia de fraude realizada por López Obrador.
Las razones que pueden llevar al recuento de votos incluyen una diferencia igual o menor al 1% entre el ganador y el segundo lugar, errores en las actas o que los votos nulos sean mayores a la diferencia entre el ganador y el segundo lugar.
El consejero electoral Alfredo Figueroa informó ayer en una conferencia de prensa que entre 45.000 y 50.000 paquetes de votos podrían ser reabiertos a partir de hoy.
Ayer, López Obrador advirtió que su partido hará uso del derecho de "inconformarse" para pedir que se "limpie y transparente la elección".
"Algunos quisieran que renunciáramos, que abdicáramos a nuestro derecho", agregó.
Con respecto al temor de que el DF viva una situación parecida a la de 2006, López Obrador trató de sembrar la calma. "Estamos actuando de manera responsable, en el marco de la legalidad", dijo.
El PRI, por su parte, salió a defenderse y criticó los "berrinches" de López Obrador. "Tenemos un claro ganador, pero hay alguien en este proceso que al parecer no sabe perder. Lo que vemos es alguien que nunca ha sabido reconocer un resultado cuando le es adverso. Cuando gana, entonces las elecciones son muy limpias, pero cuando pierde vemos este tipo de señalamientos", dijo Luis Videgaray, coordinador de campaña de Peña Nieto.
El triunfo de Peña Nieto marcó el regreso al poder del PRI, el partido que gobernó durante 71 años hasta 2000, a menudo acusado de autoritarismo, corrupción y fraude.
FUENTE: La Nación