Se juntaron en la casa de Franco Macri. El líder de la CGT fue con su yerno, y quiere que Macri juegue con Scioli. El jefe porteño llegó con Diego Santilli y ahora aceptó a Covelia.
Fue en secreto y duró poco más de una hora. Pero bastó para hablar, cara a cara, de uno de los temas que podrían unirlos en el futuro: el negocio de la basura. Mauricio Macri y Hugo Moyano se encontraron en la casa de Franco Macri, en Barrio Parque, con el objetivo de destrabar la negociación por el pago de indemnizaciones que reclamaba el camionero para sus trabajadores, una exigencia formal del contrato de recolección de residuos.
Esa reunión, de hace semanas, sirvió para avanzar en un diálogo que mantienen asiduamente funcionarios porteños y operadores del líder de la CGT. El jefe de Gobierno llegó acompañado por su ministro de Espacio Público, Diego Santilli, y Moyano con su yerno, Claudio “el Chiqui” Tapia.
Lejos de un ameno encuentro, Macri se enfureció cuando escuchó los montos que se manejaban: $ 334 millones que compartiría el Gobierno con las empresas. “Como en Boca, Mauricio parecía el cartonero Báez discutiendo el monto de las indemnizaciones”, resumió uno de los ministros que escucharon el relato.
En el encuentro, Moyano reclamó que no haya conflictos en el negocio de las grúas para acarrear autos y que se garantice que en el nuevo pliego de licitación no haya despidos de trabajadores. Otro pedido fue que se avance con el proyecto para generar una zona para carga y descarga de camiones pesados. A cambio, Hugo dejó entrever que no sumaría problemas gremiales a la gestión.
Lo más sorpresivo fue que esa reunión sirvió de bisagra para el jefe de Gobierno: abandonó su fobia a que Covelia –empresa vinculada al líder sindical– participe de los negocios de la limpieza de la basura porteña, que significan más de dos mil millones de pesos de facturación por año entre todas las compañías.
Hasta fines del año pasado, Macri había pedido expresamente que Covelia no entrara al negocio porteño de recolección de residuos para que la oposición no pudiera endilgarle haber firmado un acuerdo político millonario con el titular de camioneros.
En estos días, el gobierno porteño prepara un nuevo contrato de limpieza de la Ciudad, y ya piensa en “nuevos jugadores” para una licitación que incluso agregará una nueva zona para limpiar el micro y el macrocentro. En agosto se realizaría una audiencia pública en la que el ministro Santilli presentará los nuevos lineamientos de la licitación, que se abrirá en el verano y se implementará en 2013.
Según revelaron en Covelia, la empresa está dispuesta a entrar en la Ciudad. En especial, luego de irse de San Miguel y del conflicto en Quilmes y San Martín. En el macrismo deslizan que la mejor forma sería con una UTE (asociada a otras empresas). El único pedido que transmitió el líder de la CGT, hasta ahora, es que se privilegien empresas nacionales.
Una posibilidad para que Covelia ingresara directamente a la Ciudad era comprar Cliba, del Grupo Roggio, que desde hace semanas anuncia en reuniones con funcionarios que tiene decidido abandonar el negocio por no poder afrontar el pago de indemnizaciones acordadas entre Macri y Moyano. Sorpresivamente, la empresa decidió pagar la semana pasada y postergó su salida. Pero el negocio de Roggio –limpia el 25% de la Ciudad con una facturación estimada en
$ 500 millones anuales– sigue siendo apetitoso para Covelia, que no desmintió seguir interesada en quedarse con la empresa del mismo grupo que maneja los subtes porteños.
¿Y la relación con Moyano? En el PRO, la respuesta es unánime: mejoró, hay diálogo, pero no hay ningún tipo de acuerdo político. “Son sólo negocios; no va a haber una foto juntos, no suma nada”, repiten, y agregan: “Hoy son dos opositores; Mauricio prefiere que Moyano esté enfrente de Cristina”.
Del lado del camionero cuentan que Moyano ve a Macri como una de las opciones opositoras, aunque está poniendo sus fichas en Scioli. “Va a jugar con un peronista, pero le gustaría que Macri confluya con Daniel en 2015”, apunta una fuente sindical. Como sea, la buena sintonía con Moyano le permitiría a Macri evitar posibles conflictos sindicales en su camino hacia 2015, el año en el que buscará competir por la presidencia.
LA CASA DONDE FRANCO NEGOCIÓ EL RESCATE
El lugar de la reunión no fue una oscura oficina en el centro porteño ni un coqueto hotel cinco estrellas donde suelen encontrarse los hombres poderosos. Macri eligió la casa de su padre Franco (Eduardo Costa al 3.000) como uno de sus sitios predilectos para reuniones importantes. Además de Moyano, allí estuvo Francisco de Narváez, donde quiso cerrar una alianza con el PRO.
Además, fue el lugar donde Franco negoció con los secuestradores de su hijo en 1991, y donde pasó buena parte de su vida el jefe de Gobierno. La casa tiene un enorme salón en el primer piso, uno de los espacios privilegiados. Allí hay una gran alfombra roja, cómodos sillones, mesas con paños verdes y un bar con bebidas añejas. Este era el lugar elegido por Franco para jugar al bridge, pasión que también tiene su hijo mayor, y charlar con sus invitados hasta la madrugada todos los jueves. Además, cuenta con pileta y solarium.
FUENTE: Perfil