Ninguno de los cinco ganó en esta 13° fecha, nuevamente quedaron afuera de la lucha por el torneo y el único que pelea por entrar a la Libertadores es Racing. Sobresalen Boca y River, pero los otros tres tampoco cumplieron las expectativas. Cementerio de elefantes.
River cae ante un rival que hace dos años se encontraba en la Primera B. Boca pierde con Argentinos en la mismísima Bombonera. San Lorenzo e Independiente protagonizan un partido aburridísimo en el Nuevo Gasómetro. Racing, de 107 años de vida, no puede de local contra un Arsenal que no llega ni a la mitad de antigüedad. Nuevamente, los cinco grandes afuera de la pelea. ¿Qué pasa?
Racing es tal vez el que menos sufrió la caída. Acostumbrado a los golpes desde hace varias décadas, el club recupera una tranquilidad institucional que se recordaba en blanco y negro, junto con el gol de Cárdenas. Más allá de las complicaciones del caso, un 46% de efectividad, la derrota en el clásico y la polémica con su hinchada es poco para un equipo con un DT candidato a la Selección y jugadores de nombre y precio importantes. Después de echar a su técnico campeón, Independiente intentó construir un proyecto y, como su cancha, quedó inconcluso: a las siete fechas se fue Garnero, se fue Menotti y el equipo sobrevive entre semana con sorbos de Sudamericana.
San Lorenzo es el único que no puso en duda la continuidad de su técnico. Sin embargo, tras un comienzo auspicioso, el equipo cayó y también cayeron los barras: un apriete, desmentido por los jugadores, fue la muestra de una campaña floja con goleada en el clásico incluida. Boca, luego de su década más gloriosa, no logró crear el recambio desde abajo y, constante en el club de la Ribera, la transición se vuelve un parto. Mantiene una luz de esperanza con un buen regreso de Riquelme, pero el año que viene, con nuevos promedios, respira frío en la nuca...
River merece un párrafo exclusivo. El equipo líder en títulos locales naufraga en los puestos de promoción. Ganó Gimnasia, ganó Olimpo, ganó All Boys, ¿y ahora? Hubo cambio de dirigencia pero no de rumbo: salvo Juan Pablo Carrizo, los refuerzos de categoría y liderazgo no llegaron. Con la continuidad de Cappa al filo, un Almeyda lesionado y de 36 años como líder y el superclásico de local en la fecha que viene, la bomba de tiempo está activada.
¿Causas? El reparto más equitativo del dinero de la televisación parece ser un factor importante: River no pudo comprar a Mercier cuando quiso, a San Lorenzo le ocurrió lo mismo con Erviti, Racing le vendió a su Moralez estelar a Vélez, situaciones impensadas años atrás. Los clubes chicos también cuentan con la ayuda del fútbol globalizado. Salvio o Sand de Lanús, James Rodríguez en Banfield, Boselli desde el Pincha, son muestra de buenas ventas sin la necesidad de grandes intermediarios. Incluso el supuesto favoritismo arbitral hacia el G-5 va en proceso de desmitificación: a River y San Lorenzo apenas le cobraron un penal en lo que va del año, a Independiente y a Racing 3 y a Boca, 4. Estudiantes tiene once, Newell"s 8 y Vélez 7, por citar ejemplos.
En los últimos cinco años, Boca es el grande que más podios ocupó: con el último aluvión de títulos, alcanzó 6 veces la meta. River, con tres, comparte la misma cantidad que Lanús o Banfield. San Lorenzo y Racing, apenas con uno, son superados por Tigre, que alcanzó subcampeonatos en el 2007 y en el 2008. Independiente no logró ubicarse entre los tres primeros, como sí pudieron hacerlo Godoy Cruz, Colón o Gimnasia. Retazos de un fútbol donde el respeto a los mayores se perdió.