El Intendente recibía a vecinos en la delegación de esa localidad, mientras afuera un puñado de personas se manifestaba en contra del proyecto que lleva adelante su gestión. El “Japonés” cambió la metodología de las reuniones pero no logró evitar las recriminaciones.
Por Gonzalo Cores
En las primeras horas de la mañana del lunes, había más movimiento de lo normal en una de las delegaciones barriales de Vicente López.
En el patio de entrada, dos vecinas de Munro, mientras aguardaban sus turnos, intercambiaban los reclamos que minutos más tarde le harían a su Intendente, Enrique García, que ni bien ingresó alertó que no hablaría con la prensa. “Yo vengo por el problema de la cloaca”, se quejaba una. “Yo hice un montón de reclamos en la municipalidad pero nunca pasó nada con las raíces del álamo que me rompen toda la vereda”, decía la otra, que, finalmente, pudo plantearle el problema personalmente a la mayor autoridad del distrito, quien prometió solucionarle el inconveniente la semana entrante.
Quince días atrás, en Puente Saavedra, el gobierno municipal había llevado adelante una tarea similar pero con reuniones grupales, en las que recibieron fuertes recriminaciones a su gestión, sobre todo por el ajuste al Instituto de Geriatría y a la construcción del vial costero. Para no tropezar dos veces con la misma piedra, ni para pasar de nuevo por esa incómoda situación, se decidió realizar encuentros cara a cara entre “el Japonés” y los vecinos. “Claro, porque varios se la cantaron al intendente la otra vez”, fue la reacción de una anciana, pícara, al enterarse de la nueva metodología llevada a cabo.
A fuera de la delegación, dos agentes de tránsitos le secuestraban el vehículo a un motociclista sin papeles. Adentro, siete policías y una treintena de vecinos, comerciantes y funcionarios municipales rompían con la tranquilidad de la delegación. Dicha tranquilidad fue aún más alterada tras el arribo de un puñado de vecinos, que se hicieron presentes las dos horas y media que duró el encuentro, con megáfono en mano para “decirles no al vial costero”. E impidieron, de esta manera, que el “Japonés” tuviera una reunión vecinal en paz.
“El paseo de la costa es de todos los vecinos de Vicente López, incluyendo los de Munro. Se han recolectado más de 9 mil firmas para frenar el proyecto y hemos traído una solicitud para ser atendidos por el Intendente pero no nos dejan pasar”, repitió una y mil veces una de las manifestantes por el altavoz, ante la mirada de asombro de los peatones y automovilistas de la transitada Avenida Vélez Sársfield. “García recibe reclamos de cloacas y de veredas rotas, pero evita escuchar nuestra queja sobre el Vial Costero porque dice que no es un tema de los vecinos de Munro, nos discrimina. Pero el Paseo de la Costa también se hizo con nuestros impuestos. García nos divide por barrios, él divide para reinar”, agregaba una de las participantes de la Asamblea de Vecinos de Vicente López, mientras repartía volantes invitando a una convocatoria para el viernes 9 de abril, a las 20.30, frente a la Municipalidad.
Cercano al mediodía los manifestantes invitaron a los presentes a leer LaNoticiaWeb, por ser un portal que "publica sus reclamos", a decir de uno de ellos. Pero más allá del cumplido, la protesta continuó.
“García es el intendente de Olivos, pero de la Quinta de Olivos, no de Vicente López, ni de Munro”, reiteró el vecino en varias ocasiones. Mientras, adentro de la delegación, funcionarios del jefe comunal tildaban la manifestación de “movida política".