
La concejala del Frente de Todos de Tigre se refirió al episodio que tuvo como destinataria a Gisela Zamora en la sesión por el Presupuesto de la semana pasada. Dijo que “no la dejaron expresar sus palabras, y eso es violencia”.
La concejala Florencia Mosqueda dialogó con LaNoticiaWeb y se refirió a la polémica sesión de la semana pasada en Tigre, donde se aprobaron el Presupuesto y la Fiscal e Impositiva de la gestión de Julio Zamora para el 2023.
Recordó que “en la sesión preparatoria nos tuvimos que constituir en Comisión para que se hagan muchas modificaciones con las que no estábamos de acuerdo pero que tuvimos que aceptar”. Y que luego “en la sesión no pudimos ni siquiera votar en negativo en particular porque no sabían el número de cada artículo”.
Mosqueda opinó que “entre el Frente Renovados y Cambiemos se pusieron de acuerdo para los cambios, y ni ellos sabían cómo había quedado el articulado”. Agregó que “el presupuesto es una planificación de gestión del Ejecutivo, pero en la ordenanza Fiscal se dicta cómo vas a recaudar para ese programa de gobierno. Ahí eliminaron un montón de tasas”.
“Hoy, por ejemplo, las empresas de telecomunicación no van a pagar más impuestos en Tigre. No sé si quieren complicar la gestión, pero en hechos fácticos jugaron en tándem”, expresó en relación a la sintonía entre el Frente Renovador y Juntos para modificar la ordenanza.
Mosqueda pidió la palabra durante el debate para intervenir en la alocución de Gisela Zamora. La presidenta del bloque intentaba repasar los detalles de la gestión en cada área cuando se le quebró la voz y dijo que se sintió muy maltratada por su bloque durante todo el año, y en esa sesión en particular.
“En todo este año, cada vez que Gisela tomó la palabra se le han reído, se le ponían a hablar por atrás para molestarla. Son situaciones de falta de respeto durante todo el año”, dijo Mosqueda a LaNoticiaWeb.
En ese momento, en el recinto, sentado detrás de Zamora, el concejal Mantelli le sugirió que “renuncie”. “Es triste que concejales del mismo bloque pidan una renuncia. Además mientras ella hablaba, Mantelli se fue al baño haciendo ademanes, gestos de dispararse en los testículos, de ida y vuelta. Cuando volvió a ocupar su lugar golpeó con sus dos manos en su banca. Más allá de la interna política, hay cuestiones que humanamente no se pueden hacer. Si eso sucedía en cualquier oficina de ámbito público o privado se estaría diciendo que hubo violencia, porque no dejó expresar la palabra a otra persona. Entiendo las diferencias políticas, pero de ahí a que un hombre se comporte así, no corresponde”.
“Para mí, como mujer, fue algo violento. Por eso intervine y pedí la palabra”, dijo Mosqueda, y advirtió que “si a alguien le molestó que en ese momento de la noche, en una sesión larga, se pronuncie un discurso repasando la gestión, entonces debe entender que ese es nuestro trabajo. A Gisela no la dejaron hablar cuando quería explicar las características del Presupuesto”.