Las altas temperaturas cambiaron el calendario, pues se jugará entre los dos últimos meses del año con las principales ligas por la mitad, entre el ritmo y la fatiga de los protagonistas. A diferencia de los certámenes mundiales anteriores que se han disputado entre junio y julio (durante los veranos) en el hemisferio septentrional.
El Mundial de los petrogoles
Por Marcial Ferrelli
“Se aprende más en la derrota que en la victoria, pero ¡prefiero esa ignorancia!”. Roberto Fontanarrosa
Una sede extraña para el mundo del fútbol, Qatar, una península dentro de otra península, la arábiga. Tiene un poco más de dos millones de habitantes y celebrará por segunda vez en Asia, el evento más importante del balompié a nivel global. El gas y el petróleo representan más del 60% de su economía, basada en la explotación de estos yacimientos. En la actualidad se ha posicionado como una de las naciones más influyentes del mundo y espera alojar un millón de personas durante la competencia.
Damos vuelta el reloj de arena una y otra vez, mientras llega la hora del próximo Mundial en este país desértico ahora poblado de enormes y modernos estadios de fútbol. Grandes infraestructuras que después del evento quedarán como monumentos de la enorme puesta en escena para la competencia, y que comenzaron a construirse a partir de 2010. La Copa del Mundo se disputará del 20 de noviembre al 18 de diciembre en las ciudades de Doha, Al Rayyan, Al-Wakrah, Lusail y Al-Khor, ubicadas una de otra a 45 minutos en auto.
Las altas temperaturas cambiaron el calendario, pues se jugará entre los dos últimos meses del año con las principales ligas por la mitad, entre el ritmo y la fatiga de los protagonistas. A diferencia de los certámenes mundiales anteriores que se han disputado entre junio y julio (durante los veranos) en el hemisferio septentrional.
La tecnología jugará un papel clave con cientos de cámaras de máxima definición y un despliegue fabuloso, los jeques exhibirán el alcance de su influencia a nivel global a través de su soft power — la habilidad de un estado para persuadir a otros países a través de su cultura, modelo social y valores políticos—.
El VAR de la Copa vendrá con innovación, consta de un cambio en la tecnología semiautomatizada para resolver situaciones de fuera de juego (offside). Los estadios estarán equipados con doce cámaras instaladas bajo la cubierta, para que capten los movimientos de la pelota en todo momento. El sistema permite recopilar un total de 29 grupos de datos de cada futbolista. Las verificaciones se harán mediante información tomada sobre cuál es la posición de las extremidades y otras partes del cuerpo de los jugadores de fútbol. La nueva tecnología aumentará su eficacia y su precisión, y buscará tener la velocidad necesaria para no interrumpir durante varios minutos el juego.
El Mundial que no miramos
Afuera de los estadios actuará el “VAR” de la seguridad privada, personal extranjero contratado por el gobierno qatarí para que no haya desorden ni indiscliplina en la calles, pero que ha sido investigado y denunciado por Amnistía Internacional, aludiendo que los trabajadores sufren de explotación y amenazas de sanciones financieras o, peor aún, revocación de contrato o incluso deportación.
Paralelo a la disputa de la XXII edición del Mundial de fútbol, Europa del norte enfrenta un conflicto bélico que los medios fueron invisibilizando para esta parte del globo con el correr de los meses. La federación rusa ha sido cancelada por la FIFA a raíz de la invasión a Ucrania y no podrá participar en Qatar. Habrá menos espectadores en el planeta a causa de la pandemia de Covid-19 que azotó a la población durante un par de años y dejó como saldo millones de muertes.
Otros notables que estarán ausentes en la Copa (por temas futbolísticos) son: Italia, cuádruple campeón mundial (1934, 1938, 1982 y 2006). La Nazionale que venía de salir campeón de la Eurocopa 2020, quedó eliminada en el repechaje ante la modesta selección de Macedonia del Norte. Tampoco estará Nigeria, rival de Argentina en cuatro de los últimos cinco mundiales. Se suman a las bajas, selecciones como las de Suecia, Colombia y Chile de magras campañas eliminatorias. Asimismo Qatar se privará de tener a Noruega y su revelación estelar Erling Haaland, la máquina goleadora que recientemente incorporó el Manchester City.
Subidos a una ilusión
En cuanto al anhelo argentino de conquistar su tercer trofeo, Leonel Scaloni se encargó de reinventar un equipo que pudo cortar la racha negativa de títulos, conquistando la Copa América en 2021, nada menos que derrotando a Brasil y en su casa. La expectativa del pueblo es total. La Scaloneta tiene con qué ilusionarse, cuenta con el Señor Messi, ya un jugador maduro, por el que hoy no pasa toda la responsabilidad, bien rodeado y sin el riesgo de que nadie le profane la corona. El grupo está fuerte y más unido que nunca con hambre de cumplir el objetivo.
Ya no estará el Diego presencial pero el rayo Maradonizador caerá desde algún ángulo del cielo en cada ataque y defensa del equipo argentino. En la otra vereda de la rivalidad, faltará la reina Isabel II, espectadora de todas las ediciones anteriores desde 1930 y quien le entregó el Jules Rimet a Bobby Moore en la conquista inglesa en 1966, disputada en su país.
Faltan 69 y seguimos tachando días en el almanaque, completando álbumes y preparando las gargantas para gritar goles y festejar. Se viene otro mundial, quizás se trate del más exótico y con la singularidad de las fechas alteradas, pero la pasión siempre es la misma.
¡Vamos Argentina!