El titular del bloque oficialista, alineado con la Casa Rosada impulsa temas en los que no debería haber grieta, pese a que tiene un escenario complejo sobre el temas judiciales e impositivos.
Frente a una fuerza que cuenta con 118 bancas y que necesita sí o sí acordar con la oposición cualquier ley, las visitas de Martínez a Balcarce 50 reflejan el apuro que tiene el Gobierno por avanzar en el Parlamento. La oposición (donde domina Juntos por el Cambio con 116 bancas) ya le demostró tener poder de fuego y su posibilidad de imponer cualquier tema si logra acuerdo de antemano: la Boleta Única de Papel (BUP) salió con 132 votos, con JxC, el Interbloque Federal, los cuatro libertarios y fuerzas provinciales unidos.
Frente a un complejo panorama político, el titular del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez comenzó esta semana a buscar lograr acuerdos con la oposición para sacar propuestas orientadas hacia “la producción, el trabajo y los ingresos”.
En ese marco, ayer se firmó el dictamen para la ley de promoción de la bio y nanotecnología. Lo mismo pretende con la industria automotriz. También hay expectativa por la visita en comisión del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, con agenda abierta, pero sobre todo para explicar la demorada nueva ley de agroindustria, la cual fue presentada el año pasado en la Casa Rosada por el Presidente y la Vicepresidenta.
Pero la agenda más política es la que genera las diferencias reales con la oposición. Martínez sabe que tiene que trabajar fuerte para atraer al menos 11 apoyos y lograr el ansiado quórum de 129 votos. Valen oro los ocho del Interbloque Federal de Alejandro “Topo” Rodríguez y Graciela Camaño (con quienes Sergio Massa gestó el alivio fiscal) y el cuarteto de Provincias Unidas.
En ese temario aparece el proyecto de renta inesperada, que Martínez dialogó con el Presidente y que deberá decidir a qué comisiones será girado, si bien en el propio FdT hay quejas por la falta de consulta por parte del PEN.
Misma situación atraviesa la reforma del Consejo de la Magistratura, que hace tres semanas no se discute en las comisiones de Justicia y Asuntos Constitucionales, luego de varias rondas con invitados. Está trabado, como también lo parece estar el fondo para pagarle al FMI, que comenzó a discutirse tímidamente en comisión y sin que el oficialismo tenga los votos.
Ambos son proyectos que Cristina Kirchner sacó en el Senado gracias a la ajustada mayoría absoluta de 37 frente a 72, número que consigue gracias a los aliados de Río Negro y Misiones. Esa realidad le da a la vicepresidenta en la Cámara Alta gozar de mayor tranquilidad política.
Otro tema candente para el oficialismo en la Cámara Baja es el reparto de subsidios al transporte en el interior del país, que el martes pasado la Comisión de Transporte comenzó a debatir el tema, con el faltazo del ministro Alexis Guerrera, para no exponerse a ser cuestionado por el caso del avión venezolano-iraní. Apenas fue una reunión informativa con segundas líneas de la cartera.
Hoy, la Comisión de Transporte encabezada por Jorge Rizzotti volverá a reunirse para avanzar en el tratamiento de la declaración de Emergencia para el sector.