
El espejo retrovisor nos permite mirar hacia atrás. Pero también, si nos esforzamos, podemos ver nuestra propia imagen.
Por Miguel Ángel De Renzis
A las 7 de la mañana del 20 de Junio de 1820, en la más absoluta soledad, y en la plena anarquía de Buenos Aires, que llegó a tener tres gobernadores en un día, se iba de este mundo sin el valor de sus contemporáneos, uno de los más grandes próceres argentinos.
La historia lo reduce al Creador de la Bandera. Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, hijo del primer inmigrante italiano, fue periodista, economista, abogado, militar y hombre de excelencia entre los hacedores de la Patria argentina.
Las batallas de Tucumán y Salta entre 1812 y 1813, le permitió a este intelectual consagrarse también como militar.
Hijo de un genovés, Domingo Belgrano Peri, y de María Josefa González Casero, estudió filosofía y latín y también teología en el Real Colegio de San Carlos, hoy Colegio Buenos Aires.
En España, en Salamanca, se graduó de bachiller. Y en Madrid, en 1789, se recibió de abogado.
Como tantos otros argentinos se fue en la soledad de sus contemporáneos.
Y ni siquiera se cumplió con su testamento destinado a escuelas en el Norte de la Argentina, que recién se hizo lugar un siglo después.
El retrovisor es muy cruel.
El mismo espejo sirve para que la mente viaje en el día más corto del año a 1973.
Otro prohombre nacional regresó en forma definitiva para venir a morir en la Argentina.
Perón cumplió con lo que no pudieron hacer San Martín y Rosas: regresó y para borrar las dudas definitivas, el pueblo argentino lo consagró por tercera vez presidente constitucional cumpliendo aquella vieja definición del conductor: “LA PRIMERA LA GANE CON LOS HOMBRES, LA SEGUNDA CON LAS MUJERES, LA TERCERA CON LOS JOVENES…”
Y sí. El 61.86% de los argentinos votó por Perón.
El retrovisor tiene un viaje rápido hacia atrás. Y este 20 de junio del 2020 se juntan en una síntesis nacional Belgrano y Perón.
Hicieron lo imposible por esconderlos a ambos. La historia liberal atraviesa gran parte de nuestros años como Nación. Sea quizás el momento necesario de rendir emocionado homenaje al revisionismo histórico.
Quiso el destino que el Día de la Bandera fuese mucho más argentino al asociarse al creador de la Patria Justa, Libre y Soberana.
Por los que no están, por los resistentes, por los que se mezclan con los gauchos de Güemes en la lucha de un pueblo contra el mismo enemigo. Quizás Güemes, Belgrano y Perón nos alcance para borrar del retrovisor los bombardeos, los fusilamientos, los presos, los desaparecidos.
Porque tienen que saber todos que NO NOS HAN VENCIDO.