La economía argentina estará marcada por las metas que el Gobierno deberá cumplir: bajar el déficit fiscal y la inflación. El foco está puesto en los subsidios energéticos y el aumento de las tarifas.
Después de aprobarse en Diputados, todo indica que el proyecto que le permite al Ejecutivo financiar la deuda de 45.500 millones de dólares con el FMI terminará de tener el visto bueno del Congreso los próximos días en el Senado. Será un trámite exprés ya que el reloj de los vencimientos apremia: el martes 22 de marzo habría que pagarle al organismo multilateral US$ 3.200 millones. Un dinero que ni cerca está de tener el Banco Central.
Superado el obstáculo legislativo, y dando por hecho que el director del Fondo terminará de aprobar el acuerdo, el Gobierno del FdT patea para delante una deuda impagable que contrajo Mauricio Macri.
En la sesión del jueves a la noche, la diputada Alicia Aparicio mostró a través de un gráfico y de manera elocuente como quedan perfilados los vencimientos con en el nuevo acuerdo de Facilidades Extendidas en comparación con el Stand Bay. En tan solo dos años (2022 y 2023) Argentina tenía que pagarle más de 39 mil millones de dólares al FMI. Un monto impensado para un país emergentes.
Nuestro gobierno logró refinanciar con el FMI el programa Stand By insostenible, contraído por el gobierno anterior, por otro de facilidades extendidas con otro perfil de vencimientos, sin comprometer el desarrollo sustentable. En total doce años y medio de refinanciación pic.twitter.com/xIVJA1GZzH
— Alicia Aparicio (@AliAparicioOK) March 10, 2022
Postergada esta instancia, el interrogante pasa por saber cómo se plasmarán las principales variantes económicas tras el acuerdo con el FMI. No obstante, la duda suprema es: ¿Se podrán cumplir las metas con el FMI?
En ese sentido, con el horizonte del déficit cero para el 2026, el subsidio a las tarifas será trascendental. No solo por la connotación política y la discusión adentro de la colación, sino por la guerra desatada en Ucrania que hizo subir de manera abrupta el precio del gas natural licuado (GNL), componente energético que la Argentina importa en su mayoría.
Sin ir más lejos, el propio Guzmán admitió que el impacto del encarecimiento del GNL de los US$ 8,50 promedio a los que la Argentina lo pagó en 2021 a los 46,95 que cotiza para julio, cuando en el invierno se lo necesite para abastecer la demanda de industrias: «Podría traducirse en diferentes velocidades en la reducción de los subsidios a la energía», declaró. Fuer ayer en Houston, donde participó de la máxima cita mundial del negocio energético.
El Gobierno argentino cerró el acuerdo con el Staff del Fondo Monetario Internacional y se enviará el proyecto de Ley al Congreso de la Nación.
Compartimos el comunicado oficial👇 pic.twitter.com/z8TqLEsz6O
— Ministerio de Economía (@Economia_Ar) March 3, 2022
En ese sentido, el director de la consultora FMyA, Fernando Marull, definió hasta cuándo es cumplible este acuerdo: «La letra chica muestra que es un escenario de ajuste fiscal, el Talón de Aquiles son las tarifas y sólo hasta septiembre se pueden cumplir las metas, teniendo en cuenta que la época de cosecha ayudará al fisco y al Banco Central a comprar a u$s 1500 millones de reservas netas».
Por su parte, Diana Mondino, economista y directora de la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina, aseguró que «Reducir la incertidumbre siempre es bueno, aun cuando sean malas noticias es bueno saberlas. Es una picardía no acelerar para reducir el gasto público. El gasto público argentino ahoga al sector privado y corremos el riesgo de tener una recesión».
Naturalmente, el mayor escepticismo por parte de los economistas pasa por saber cómo hará un Gobierno peronista para efectuar un ajuste en el gasto público que no está en su ADN, siendo el aumento de las tarifas algo crucial.
Sobre esto, el director de asociado de Eco Go, Sebastián Menescaldi, detalló: «El esquema de aumentos de tarifas que anunció Cerruti es insuficiente para reducir el déficit, por eso mi principal duda es cómo se va a cumplir la meta de bajar medio punto el déficit primario, para efectivizar la baja de 0,6% de los subsidios energéticos, la suba de los precios de la energía debería ser suficiente para generar un ahorro del 1% del PIB, lo que implica una suba de tarifas del 140%, que no va a suceder».
Otro punto, y quizás el más importante, es la inflación. En el acuerdo la meta se ubica entre 38% y 48%, en contraste con los valores que proyecta el mercado parece subestimada, aunque no llama la atención que sea así en nuestro país.
«El problema lo veo en qué ajustes se tienen que hacer para poder cumplir las metas. Principalmente en el caso de la reducción del déficit y de la inflación. En este caso, el desafío principal para poder cumplirlo -además de ajustar las tarifas- es apuntar al crecimiento de las exportaciones y la inversión, y por otro lado es importante implementar un mecanismo de control para la evasión fiscal», explicó Yanina Busquet, economista de Paridad en la Macro.
Para concluir, Andrés Borenstein, economista de EconViews señaló: «La reducción del déficit no es fácil. Con los números que se conocen de tarifas y suba de costo de importación de gas luce complicado. Necesitarían una inflación mas grande para licuar jubilaciones y cortar transferencias a las provincias y otros gastos. Cumplir la meta implica ajuste si o si».