
El Presupuesto 2022 presentado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, (comienza debatirse mañana en Comisión) contempla un ambicioso plan de obras, ejecutado desde La Plata.
El gobernador Axel Kicillof envió a la Legislatura el proyecto de Presupuesto de 2022 que prevé gastos por 3,1 billones de pesos.
La ley de leyes de la provincia de Buenos Aires no contempla, hasta ahora, un Fondo de Infraestructura Municipal (FIM), que reclaman los intendentes y la oposición para hacer obras en las comunas.
Los intendentes del oficialismo y de la oposición ya avisaron que no aprobarán una ley que sea un cheque en blanco para Kicillof.
Pero ¿Qué es el FIM?
El FIM es una herramienta de negociación que se incluyó en cada presupuesto, a la hora de la votación en la Legislatura desde el gobierno de María Eugenia Vidal. Es un instrumento que exigen los intendentes para descentralizar recursos, a cambio de para favorecer la votación de la caja central de la administración.
Los fondos se coparticipan de manera automática a través del CUD (coeficiente única de distribución), y de esa manera transfiere recursos de manera directa a los municipios, sin que la gobernación pueda incurrir en discriminaciones o favoritismos.
El FIM, que fue instrumentado a partir del gobierno de Vidal fue un instrumento que le sirvió al Ejecutivo bonaerense para reducir el “toma y daca” de la política a la hora de la aprobación presupuestaria.
El Presupuesto 2022, de Axel Kicllof, tiene obras previstas con una asignación de 192 mil millones de pesos, las que podrían quedar a discreción del ritmo que quiera imponer el Ministerio de Infraestructura. Los alcaldes quieren disponer por ley del dinero para ejecutar obras en sus territorios.
La herramienta no está expresada en el Presupuesto que envió Kicillof a la Legislatura. En cambio, el proyecto de gastos y recursos prevé un fondo de Seguridad por 7000 millones de pesos para distribuir entre los 135 municipios.
Por ahora los intendentes, quienes tienen la llave en la Legislatura de la provincia no han puesto el grito en el cielo, pero por lo bajo expresan preocupación por la llegada de fondos para obras, y también por el CUD, el cuál fue modificado durante la gestión de Kicillof y podría traer algunas complicaciones en la transferencia de recursos.