El año pasado activó contactos propios en Buenos Aires para trabajar de cara a las presidenciables. Alberto Fernández le dio la posibilidad de nacionalizar su figura y Cristina le abrió la puerta a una reconciliación política. El objetivo a corto plazo: ordenar el Gabinete.
La llegada de Juan Manzur al gabinete nacional cambió totalmente la fisionomía de la Casa Rosada. No es una búsqueda de corto plazo, sino una decisión con alcance al 2023.
Sin reelección constitucionalmente posible en su provincia, Manzur hace más de un año que activó en Buenos Aires contactos propios que trabajan con la mira en 2023. La oferta de Alberto Fernández es ahora su oportunidad para nacionalizar su imagen. Antes de asumir habló con la vicepresidenta Cristina Kirchner y el jefe del Estado. Ambos le pidieron lo mismo: ordenar la administración nacional.
Para el Presidente la presencia del tucumano actúa como un pararrayos. De hecho, al menos por las próximas semanas, le cedió gran parte del protagonismo en los actos públicos. Eso se vio con claridad en el desembarco de Manzur en el conurbano bonaerense: en los primeros cinco días en el cargo visitó José C. Paz, La Matanza y Pilar.
Aquellos que lo acompañan hace años no dudan a la hora de definir al ministro coordinador como “un tiempista”, que busca darle una impronta propia al gobierno nacional, tras el cachetazo electoral en las PASO. A los ministros ya les avisó que espera resultados. El monitoreo sobre la ejecución presupuestaria y de obras será constante. Con el reloj de arena avanzando, el primer paso de Manzur, poner al gabinete en modo electoral, ya se cumplió.
Otro lugar sensible es el Ministerio del Interior, territorio de Eduardo de Pedro, quien quedó atravesado por la crisis política tras presentar públicamente su renuncia después de la derrota electoral. Wado, el encargado de la relación con los gobernadores, función que compartirán, es también la llave para mantener el diálogo abierto con la expresidenta y La Cámpora. Un dato: en Tucumán Manzur siempre evitó darle protagonismo a la agrupación que comulga con Máximo Kirchner.
La relación entre Manzur y De Pedro es muy buena, según aseguran cerca de ambos funcionarios. Eso se vio con claridad el miércoles por la tarde cuando salieron abrazados por el salón de los Bustos Presidenciales con rumbo a La Matanza, distrito en el que el jefe de Gabinete se volcó de lleno en la política. El tucumano le pidió que lo acompañe.
“Tenemos que ponernos de pie, salir adelante, acá está gobernando el peronismo. Una vez más lo vamos a hacer”, fue el mensaje de Manzur a los ministros. Con esa presentación quedó en claro que también ocupó el cargo de jefe de campaña, quien también tenía en los papeles Santiago Cafiero. De Pedro, Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Juan Zabaleta (Desarrollo Social) serán los encargados del trabajo territorial.