El secretario administrativo de los metalúrgicos de San Martín afirmó a LaNoticiaWeb que la actividad “está recuperando los niveles de marzo”. “Tenemos el 80% de la industria metalúrgica trabajando”, afirmó. La UOM cerró la paritaria con un bono de $6.000 mensuales hasta fin de año.
La semana pasada la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) acordó con las cámaras empresariales del sector el otorgamiento de una “gratificación extraordinaria no remunerativa” de 30 mil pesos, que se pagará en cinco cuotas consecutivas junto con los sueldos de agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre.
LaNoticiaWeb entrevistó al exconcejal de San Martín, Ramón Gómez, secretario administrativo de la UOM distrital. “Tenemos prácticamente el 80% de la industria trabajando. Se están recuperando los niveles de marzo”, expresó.
¿Cómo recibieron la confirmación del bono?
Era un aspecto muy necesario. Nosotros anualmente discutimos paritarias, que abarcan de abril a abril, doce meses. El inicio de la pandemia nos agarra con lo que debería ser la discusión paritaria. Se suspendió y quedó con los valores de marzo del año pasado. Con el desbarajuste económico, se terminó perdiendo poder adquisitivo en el salario. Hubo aumentos en los alimentos, quedamos muy retrasados. Esto es un alivio, pero también sabemos que no es la solución final. La primera semana de diciembre la UOM se vuelve a juntar con la parte empresaria y se hablará sobre el cierre del año. Se analizará algún bono más o alguna otra cuestión.
¿El bono es para todos los trabajadores de la actividad?
Sí, para todos los que estén bajo el convenio de la UOM. Se cobrará de forma uniforme, y tendrá un único descuento de 2 y 3 por ciento, del gremio y la obra social.
¿Cómo se fue desenvolviendo al actividad a lo largo de la cuarentena?
En la segunda mitad de marzo y todo abril estuvo todo parado por el aislamiento total. Ahí se paró totalmente la actividad. Eso se pudo llevar adelante porque además de la cuarentena, el gobierno nacional y provincial asistieron con recursos a las empresas para que puedan sostenerse. Veníamos de cuatro años con una agresión muy fuerte a la industria nacional. El gobierno había dispuesto antes una doble indemnización, y después con la pandemia se prohibieron los despidos. Estuvo todo paralizado, a partir de mayo progresivamente comenzaron a abrir las empresas con protocolos sanitarios estrictos. Ahí podemos decir que de manera progresiva tenemos el 80% de la industria metalúrgica trabajando.
¿Esa cifra es a nivel nacional?
Sí, pero se está dando parejo en todos lados. Hay lugares en el país donde los contagios fueron más leves, pero el gran cordón industrial está en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. En algunos lugares empezó antes pero no es representativo en números totales. Ahora sí tenemos prácticamente el 80% de la industria trabajando. Se están recuperando los niveles de marzo.
¿Cómo fue el trabajo diario en la UOM de San Martín?
Los problemas fueron cambiando de características. Durante los 40 días de paralización total, no nos movíamos, trabajamos por teléfono, vía mail. Las consultas eran muchas. Qué correspondía pagar, qué no. Las empresas no lo tenían claro en muchos casos. Hubo que hacer mediación en algunos casos. Después en mayo ya empezamos a asistir con la persiana baja en el sindicato. Revisamos cada empresa que nos envío el protocolo sanitario. La Municipalidad nos dio una participación importante. Cada empresa hizo el trámite para empezar a producir Parte del trámite era enviar el protocolo al sindicato. Le hacíamos correcciones, y recién ahí la Municipalidad le daba la posibilidad de las habilitaciones. Fue muy activo el trabajo. Y las características de los problemas fueron cambiando. Enfrentamos un factor desconocido: el miedo de la gente, de los compañeros que van a trabajar y creen que ponen en riesgo su salud.
¿Tuvieron que encargarse también de un trabajo social, de asistencia social?
Sí, con las características de tener jurisdicción en San Martín, hace varios años que trabajamos para el vecino también, ampliando nuestro alcance. Trabajamos con muchos de nuestros delegados, que organizan ollas populares y actividades solidarias. Formamos parte del proyecto del intendente Moreira, que nos convoca permanentemente, con un rol activo de la militancia. Convocar a todos en función de una tarea solidaria.
Durante la cuarentena, ¿cómo fue la relación entre el sindicato y los empresarios?
En términos generales hubo la voluntad de hacer las cosas bien. San Martín tiene la mayor industria PYME. Muchos micros y pequeños emprendimientos, pequeñas empresas metalúrgicas, que en muchos casos les cuesta más implementar las cosas, quizá por desconocimiento. Lo que hicimos fue medir cómo cada empresa encaraba el protocolo. Algunas mandaban un protocolo deficiente y trabajamos junto con ellos. Visitamos las empresas para conocer el tamaño y la distancia en las instalaciones. Después hubo casos aisladores de trabajadores que llamaron diciendo que la empresa no cumplía el protocolo. Nunca lo habían mandado. Ahí hubo un trabajo con el Municipio y luego también con esos empresarios. Fue un buen trabajo. Si lo medimos en términos de resultados, no está habiendo contagios internos en las fábricas. Sí quizá aparecen compañeros contagiados, pero no se dan los casos en que contagie a sus compañeros de trabajo.
Dijiste que los problemas fueron cambiando de características. ¿Qué va a quedar en el trabajo a futuro producto de esta cuarentena?
A partir de que la población se pueda dar la vacuna, se irá volviendo de a poco a lo que conocíamos como normalidad. Este intercambio que hubo, que no existía entre empresarios y sindicato, puede ser que haya abierto una ventana de diálogo. Que no es “sindicato contra empresas”, sino “sindicatos y empresas” que tratan de buscar soluciones” para que las mayorías tengan dignidad. Nos da tierra fértil para poder conversar desde otro lugar, que lo que viene, viene de la mano de una alianza entre ambas partes. Para que haya trabajo y sueldos dignos. Eso se hace conversando, con diálogo entre las partes.