El agresivo documento que firmaron los presidentes de Juntos por el Cambio generó turbulencias dentro del PRO. Larreta, Vidal, Jorge Macri y otros, convocaron a un zoom para intervenir definitivamente en la autonomía de Patricia Bullrich a la hora de dar definiciones partidarias. ¿Qué rol tiene Mauricio Macri?
El comunicado que firmaron los presidentes del PRO, la UCR y la Coalición Cívica apenas unas horas después de confirmado el crimen de Fabián Gutiérrez, el exsecretario de Cristina Kirchner que declaró en la causa de los Cuadernos, generó un inesperado debate en la opinión pública. Pero el texto además ofició como boomerang y abrió un nuevo capítulo entre duros y dialoguistas en Juntos por el Cambio. Esta vez, a diferencia de episodios anteriores que se produjeron durante la extensa cuarentena, los roces parecen tener resultados concretos. Y una confirmación: la voz de Mauricio Macri para tomar decisiones en la coalición es cada vez más tenue.
La grieta dentro de Juntos por el Cambio es cada vez menos disimulable. Ya casi no quedan coincidencias en como plantarse ante cada episodio político. Pero a la diversidad de estilos se sumó cierto tinte autoritario. Actores de gran peso dentro del macrismo llegaron a un límite cuando advirtieron que Patricia Bullrich tomó por asalto la comunicación partidaria. A pesar de las negativas, las correcciones y las diferencias de criterio, el comunicado sobre Gutiérrez salió igual. Demasiado rápido.
El jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta; la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal; el jefe de la bancada de Diputados Cristian Ritondo; el vicejefe Diego Santilli; los intendentes Néstor Grindetti y Jorge Macri, entre otros, se convocaron por Zoom para frenar la autonomía con la que se mueve la presidente del PRO Patricia Bullrich. La exministra deberá resignar poder.
En esa reunión virtual también estuvieron el Ministro de Ambiente de la Ciudad Eduardo Macchiavelli, el senador Esteban Bullrich y la dirigente porteña Carmen Polledo. Horas antes, algunos habían abandonado el grupo de chat macrista y hasta plantearon armar un comunicado paralelo.
Hay mucho enojo en el sector que se vio desplazado. Y las razones son varias. Seguramente, de fondo, haya algún acuerdo sobre la mirada de los acontecimientos. Pero el primer enojo es el desaire de Bullrich a importantes integrantes del espacio a la hora de sacar el comunicado, la confrontación virulenta con el gobierno nacional en épocas de pandemia y en plena crisis sanitaria, e incluso el rótulo de crimen político ante un hecho policial.
Luego del zoom, habrá mano firme en los dialoguistas. Plantearán formar una Mesa Ejecutiva en el PRO, donde Bullrich estará rodeada de dirigentes de distintos sectores, para evitar que se corte sola nuevamente.
La novela llegó tan lejos que la discutida presidente del PRO quiere armar una “Comisión de Comunicados” para calmar los ánimos. La circulación de textos alusivos a la contemporaneidad podría transformarse en una práctica habitual en JxC. Es una manera de sentar posición constantemente, garantizar repercusión mediática, medirle el aceite todos los días al gobierno, y no correr el riesgo de exponer la cara y la voz ante las cámaras.
Sin embargo, los del zoom dialoguista irán más allá. Quieren directamente licuar la autoridad de Bullrich dentro del PRO y limitar sus acciones. El único pez gordo que la respalda es el expresidente Macri.
Se planteó crear una mesa ejecutiva del PRO con seis integrantes: Macchiavelli, hombre de Larreta en el partido; Diego Santilli, Cristian Ritondo y Jorge Macri (por la provincia de Buenos Aires). Mauricio Macri tendrá pondría a Federico Angelini, por Santa Fe, y Humberto Schiavoni, por Misiones. El expresidente quería sumar uno o dos dirigentes propios más a la mesa: Fernando De Andreis o Guillermo Dietrich. Pero le habrían dicho que no. Omar de Marchi, diputado por Mendoza, también suena para ocupar alguna silla.
«Básicamente, lo escribieron Bullrich y Cornejo. Y se cagaron en todos nosotros», fue el resumen que hizo el ala dialoguista a otros referentes del espacio.
En el entuerto opositor hay un nombre que apenas suena: el de Mauricio Macri. Ningún actor lo menciona. Su incidencia dentro de Juntos por el Cambio parece haberse reducido a niveles mínimos. ¿Es el expresidente algo más que un buen candidato para las cámaras? Ya fue advertido de que se terminó el silencio en los dialoguistas con responsabilidad de gestión.
Entre los porteños había enojo porque la postura de Bullrich los deja pegado con algo que no coinciden. Están más convencidos de la versión de los hechos que brindó la Justicia. A lo sumo hubieran armado un documento pidiendo el esclarecimiento del caso e instando por una investigación que brinde todas las respuestas. Bastante alejados de la idea de una escena de crimen fraguada y un vínculo con la Vicepresidente.
También diferenciaban lo que sería salir a pedir el esclarecimiento de meterse en la investigación, como hizo el comunicado, planteando que la escena del crimen podría haber sido alterada, que podría estar vinculado a las causas de Cristina Fernández de Kirchner, entre otras cosas.
Saliendo del PRO, el titular de la UCR Alfredo Cornejo también coincidió en calificar el crimen de “extrema gravedad institucional”. Y fue por más cuando vinculó el asesinato al “poder kirchnerista”. Entre los radicales también hubo repercusiones. José Cano salió a marcar sus diferencias y a contradecir al mendozino. El senador Martín Lousteau eligió un marcado silencio, pero integra hace algunos meses un espacio que plantea renovación en el partido y la coalición.