
En Argentina, en el contexto actual se centra la mirada en la Pandemia por el Coronavirus. Paralelamente, tenemos numerosas y asombrosas mujeres muertas por “Femicidios”. Es tiempo para preguntarnos si realmente, el esfuerzo dedicado por Instituciones Internacionales, Gobiernos, Universidades, ONG`s, Movimientos Sociales son hasta hoy suficientes.
Por Mirta Ward, concejal de San Martín, Red San Martín Mujeres Libres de Violencia
Las reiteradas muertes con crudeza desnudan puntos débiles en los programas de prevención, asistencia y seguimiento de violencia de género.
Si bien hemos viso un enorme progreso en los derechos de las mujeres en las épocas recientes, se mantienen amenazas en frentes socio-económicos irresueltos.
Las crisis agudizan y se viven circunstancias extremas, cuando en medio de una pandemia se dice: “Quedate en casa”, mientras es un reclamo justo para con la mayoría de las ciudadanas, para otras reciben provocación. La importante franja de mujeres que habitan en zonas vulnerables carecen del derecho y deben convivir en mínimos espacios precarios con sus victimarios. El Estado no se hace cargo de estas situaciones, más aún, se siguen sumando los asentamientos informales y en terrenos tremendamente poblados con viviendas muy frágiles y servicios públicos deficitarios o no existentes.
Otra mirada es analizar a mujeres de clase media que también están en peligro mortal en sus propios hogares.
Como mostramos en estos tiempos de aislamiento forzoso, encontramos en otras mujeres que sufren un impedimento absoluto para trabajar, es importante la franja que tiene imposibilidad de acceder a los ingresos mínimos para la subsistencia.
“Siempre se ve la situación laboral de desigualdad, simplemente porque son mujeres”.
En este contexto, el Estado, como nunca antes, asegura ingresos mínimos a esta población. Entienden que no pueden dejar a sus ciudadanas libradas a su suerte. Estas aplicaciones, que justifican la medida a una porción importante, no llega a todas.
LA POBREZA Y LA INDIGENCIA SE PLANTEA TAMBIÉN EN LAS RELACIONES DE PAREJAS.
El encierro, el aislamiento, viene aparejado con la brecha digital. Buena parte de las víctimas hoy no acceden a estos beneficios, ya sea por no poder pagarlos o porque las empresas se resisten a brindar servicios en asentamientos informales.
A los Programas Nacionales, Provinciales y Municipales, destinados a prevención y asistencia no los llegan a conocer.
A la distancia tenemos conocimiento y estamos advirtiendo lo insoportable que puede ser el encierro, falta de recursos, casas inhabitables, a mujeres víctimas de violencia condenadas a convivir con victimarios, castigadas por sus conductas de “protección y defensa”.
La realidad, es aún peor para aquellas mujeres que integran la franja de “separadas”. Por cuestiones diversas, sufren acoso, amenazas, abusos, exclusiones-; la evidencia del dominio masculino muchas veces culmina con la muerte (femicidio).
Ridiculizadas como histéricas u hormonales, son juzgadas por su apariencia, sujeta a mitos y tabúes sobre sus funciones corporales naturales. Son causas de miserables confrontaciones.
Siglos de discriminación y patriarcado firmemente arraigados en distintas partes de la sociedad, han creado una enorme brecha de poder de género en nuestras economías, nuestros sistemas políticos y en los enfrentamientos judiciales, ante la falta de protecciones legales contra violación y el abuso doméstico.
La desigualdad de género es la injusticia abrumadora de nuestros tiempos, buscamos soluciones a algunos de los problemas más difíciles de prevenir y resolver.
MUERTES = FEMICIDIOS
Los femicidios duelen, paralizan, oprimen.
ESTO NOS AFECTA PROFUNDAMENTE A TODAS/OS y es una barrera para resolver muchos de los desafíos y amenazas que enfrentamos…