En medio de las negociaciones el gobernador acompañará al presidente a Israel. La Anses le da un guiño a la gestión bonaerense. El viaje busca sumar respaldos.
Para la Gobernación bonaerense el viaje de esta tarde de Axel Kicillof a Israel, en la comitiva presidencial, no condiciona, atrasa o dificulta el pedido de diferimiento de deuda solicitado por la Provincia a los bonistas, que este miércoles deben expedirse por la aceptación.
“Es el primer viaje del presidente (Fernández) y ante su pedido aceptamos la invitación. Ahora, en el marco de las conversaciones con los acreedores, el equipo del ministro Pablo López, está a cargo y me mantiene en permanente comunicación” con el tema, explicó Axel Kicillof ante una consulta de Clarín.
“Las negociaciones están encarriladas y somos optimistas en la solución final, a mediano plazo, de la deuda, también en consonancia con las estrategias del gobierno nacional”, explicaron a Clarín en el Palacio de Gobierno. Ya el lunes, como un gesto de acompañamiento, la Anses confirmó que renovará por 180 días una letra por 263 millones de dólares que Kicillof debía cancelar este mes. Además, el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, sostuvo, a manera de presunta comprobación, que «Argentina no puede sostener la carga de deuda que hoy enfrenta, hay voluntad de pago, pero para poder hacerlo el país necesita generar capacidad, es fundamental que exista un alivio a la carga de deuda que tiene el país”, insistió el funcionario.
Las respuestas parecen ser las mismas. Por eso, Kicillof ensayó las suyas ante algunas críticas por su visita de cuatro días al Foro Internacional de Líderes en Conmemoración del Día Internacional de Recordación del Holocausto y la Lucha contra el Antisemitismo. Había sido invitado este lunes por Alberto Fernández, como integrante de la delegación.
Los cuestionamientos asomaron desde la oposición porque el gobernador, no tenía agenda oficial ni reuniones bilaterales previstas en aquel país. Consideraron legisladores de Juntos por el Cambio, que el gobernador debía estar presente en el país ante la posibilidad de un default técnico de la deuda. La referencia es por el vencimiento de 250 millones de dólares, el 26 de enero.
Esta polémica, impensada hasta el fin de semana, cursa sus primeras horas con un elemento, en apariencia, gravitante: desde algunas usinas financieras se deslizó que el fondo Fidelity, el mayor tenedor del bono BP21, con el 16% de los papeles, habría rechazado la propuesta de la administración Kicillof de postergar el pago del capital de deuda hasta el 1° de mayo. En Economía provincial relativizaron esas “especulaciones”. La complejidad, precisamente, es porque la tenencia de bonos está muy atomizada.
Fernández, el gobernador bonaerense, el canciller Felipe Solá y el vocero presidencial Pablo Biondi, llegarán a Israel –vía Alitalia- cuando comiencen a correr los tiempos apremiantes de la aceptación. Debe haber conformidad en el 75% de los bonistas. En caso contrario, el 26 de enero la Provincia ingresaría en la cesación, aunque está contemplado diez días hábiles, a partir de esa fecha, para normalizar la situación. Entonces, Buenos Aires deberá procurar recursos propios de algún lado, succionando de un ducto que se revela escaso, o directamente Fernández acudirá en auxilio financiero de su acompañante de estos días. Aunque Guzmán explicó que no tendría sentido un salvataje del vencimiento de capital, por los 250 millones de dólares, que apremian a la Provincia.