Vuelven a trabajar los 240 operarios. No reincopora a los trabajadores despedidos. Esta semana falleció Claudio Soto, un trabajador del área administractiva de Alijor, pero no pertenecía a los despedidos, ni participó en la toma.
La empresa Alijor finalmente reabrió las puertas de su planta en Garín, provincia de Buenos Aires, y autorizó el ingreso de sus 240 empleados. La medida se tomó después de tres tensas horas de reunión en la Secretaría de Trabajo. No se reincorporó a ninguno de los 12 despedidos, pero se logró que Alijor pague el 100% de la indemnización en tres cuotas. El conflicto se inició porque la empresa ofrecía 12 cuotas mensuales.
En mayo, la empresa despidió a 12 trabajadores, que se suman a los 25 despedidos en abril. Mierntras que en 2018, ya despidió 33. El lunes, Alijor llegó a ofrecer el 50% de la indemnización en 6 cuotas. Los trabajadores rechazaron todas las propuestas de pago de hasta 12 cuotas y la familia Biderman ordenó desalojar la planta el mismo lunes.
El martes no abrió las puertas de su fábrica y los trabajadores tomaron las instalaciones, con el aval del Sindicato de la Alimentación conducido por Rodolfo Daer, quien a última hora se hizo presente en la planta de Garín y se acordó levantar la toma para esperar hoy la reunión en Trabajo.
Alijor elabora y comercializa con su marca pastas frescas envasadas, tapas de empanadas y pascualinas. Además, produce panificados: pan lactal, pan de hamburguesa y de panchos, para las marcas La Salteña y la cadena de supermercados La Anónima, de la familia del ex Secretario de Comercio, Miguel Braun.
Fundada hace treinta años, pertenece a la familia Biderman. Hace cuatro años atrás, tenía 320 empleados, pero ahora le quedan 240. El año pasado despidió a 33 trabajadores y en lo que va de 2019 otros 37 empleados.
Gustavo Salas, Secretario de Organización del Sindicato de la Alimentación, explicó a BAE Negocios que «fueron tres horas de una dura reunión donde la empresa ofertaba el pago de las indemnizaciones en muchas cuotas, pero finalmente logramos que se reabra la planta con los 240 trabajadores adentro. La decisión de ayer fue un claro lock out patronal que logramos revertir».
Daer fue en persona a la planta, ocupada por los trabajadores durante la tarde de ayer con el aval del sindicato. Salas señaló que «tomamos la planta para cuidar nuestros puestos de trabajo. Desde el año pasado que el dueño Benjamín Biderman, nos amenaza con cerrar si no aceptamos una rebaja de la paritaria. Paga las quincenas con retraso y ahora esto». Ayer por la noche los trabajadores decidieron levantar la toma.
El sector de la alimentación tuvo varios recortes de personal en sus empresas. El más notorio fue el que tuvo como protagonista a la empresa Pepsico que despidió a 600 trabajadores en junio de 2017, cuando cerró su planta en la localidad bonaerense de Vicente López.
Salas señaló que «en los últimos años, perdimos más de 900 puestos de trabajo en nuestro sector. Los empresarios hacen lo que quieren, esto es una sangría, los trabajadores debemos frenarlos».