¿Comprenderán lo que dicen? Me sorprende escuchar y leer a correligionario esbozar argumentos conforme a lo que quieren hacer y no a lo que se debe hacer. Un partido político es mucho más que una maquinaria electoral seleccionadora de candidatos. No es nuestra responsabilidad como Radicales la de llevar a nuestros votantes a “morir con las botas puestas”, legitimando así un espantoso proceso de gobierno de cuatro años.
Por Jorge Deantoni, Delegado Regional – San Martín (Asociación Bancaria), Convencional Nacional (UCR).
Ante la trascendente elección que se celebrará en el año en curso (2019), y teniendo en cuenta la importante decisión que debemos adoptar conforme a los valores e ideas que hemos defendido en el transcurrir de nuestras vidas, me sorprende escuchar y leer a correligionarias y correligionarios esbozar argumentos conforme a lo que quieren hacer y no a lo que se debe hacer (de acuerdo a mi humilde forma de ver).
He sostenido como radical que un partido político es mucho más que una maquinaria electoral seleccionadora de candidatos. Un partido político debe formar cuadros, capacitar militantes para afrontar responsabilidades, formar opinión e interesar a la sociedad (en particular a los jóvenes) respecto de nuestras propuestas.
Desde la derecha y la” izquierda” de la militancia radical se esgrimen similares diagnósticos y consignas (anacrónicas) para intentar consagrar sus cometidos: “hay que respetar la orgánica del partido”.
Esta afirmación es la que sostienen aquellos que no creen oportuno conformar una alianza estratégica por fuera de Cambiemos, con ideas afines que nos permitan confrontar con éxito el próximo turno electoral.
“Hay que respetar la orgánica del partido” sostienen también quienes dócilmente, y sin decir absolutamente nada, aceptaron rastreramente todas y cada una de las políticas sociales y económicas que aplicó este gobierno en detrimento de la ciudadanía. Políticas estas que nada tiene que ver con los valores éticos, morales y filosóficos de la U.C.R.
Ahora me pregunto: ¿en serio creen que alguna de estas dos posturas (la de permanecer en la orgánica partidaria para defender los cargos o la de permanecer por no tomar los riesgos de asumir una posición contraria a la orgánica), están ambas en la consideración de la mujer y del hombre del común?
Me resulta difícil encontrar una respuesta a esta pregunta, considerando lo que sucedió en lo que va de la gestión del gobierno de Cambiemos (vale aclarar que la siguiente información fue publicada por el mismo gobierno):
De enero a diciembre de 2018 se perdieron 210.000 puestos de trabajo en blanco. En el mismo periodo la caída del salario fue de 19,4% y la inflación del 47,6%.
Respecto al valor de las tarifas: de diciembre de 2015 a diciembre de 2018 la tarifa de luz se incrementó un 1317%; el gas más del 660%, el agua más del 483% y el salario nominal más del 98%.
Referido a la crisis energética, debemos decir que, en un solo día de sensación térmica elevada, 100.000 usuarios quedaron sin luz. Consulta: el aumento de las tarifas, ¿no estaba fundado, entre otras cosas, en la necesidad de invertir para terminar con los cortes de luz?
Para el 2019, los ciudadanos deberán afrontar un golpe aún mayor en sus tan resentidas economías dado que se prevé un 55% de aumento para la luz, un 48,5% para el agua, y un 35% para el gas.
Para los trabajadores y los estudiantes que a diario deben movilizarse, la dificultad derivada de las tarifas de transporte no es menor: el boleto mínimo del colectivo ya alcanzó los $16,50, mientras que el del tren (Mitre-Sarmiento–San Martín) escaló a $11,25 y el boleto de subte ya se encuentra en $16,50.
La inflación anual, esa que era tan fácil de controlar, fue del 47,6% (la más alta desde 1991).
No debo ni puedo pasar por alto que fue el Gobierno de Cambiemos quien hizo desfilar a Aldo Rico el 9 de Julio de 2016 en Palermo, el que planteó “no son 30.000 los desaparecidos”, el que calificó lo sucedido en la última Dictadura Militar como “Guerra Sucia” en lugar de Terrorismo de Estado, y el que nombró a Gómez Centurión en el Directorio del Banco Nación (hombre que, al igual que Aldo Rico, se levantó en armas al Gobierno Constitucional de Raúl Alfonsín). Y también fue el Gobierno de Cambiemos, en la persona de su Presidente, el que nombró a jueces por decreto (en una clara demostración de desprecio por las Instituciones de la Democracia).
No es nuestra responsabilidad como Radicales la de llevar a nuestros correligionarios y a nuestros votantes (aquellos ciudadanos que alguna vez vieron en la U.C.R. los valores, las ideas y las propuestas a través de las cuales podían concretar sus anhelos) a “morir con las botas puestas”, legitimando así un espantoso proceso de gobierno de cuatro años.
Nuestra responsabilidad (quizás histórica) pasa por confluir con quienes podamos alcanzar sinceras coincidencias en temas centrales, las cuales se vean reflejadas en un acuerdo programático. Para este objetivo es fundamental ocultar generosamente aquellas diferencias secundarias.
Quizás así, transitando este camino, podremos estar tranquilos y concretar el sueño para que ganemos los más sencillos, como anunciaba Pablo Neruda en su “Oda al Hombre sencillo”.