Los recortes afectan también a la educación terciaria en la Provincia de Buenos Aires, donde en muchos casos comparten infraestructura con secundarias o primarias, así como sus problemas edilicios.
Por Alejo Otaño
El ajuste garantizado sobre todo por el Gobierno Nacional, bonaerense y porteño, se hace carne en los cientos de miles de estudiantes que padecen día a día la falta de presupuesto en infraestructura, formación y salarios. El mayor tijeretazo lo sufre la educación inicial, primaria y secundaria, donde las partidas para Infraestructura y Equipamiento caen un 69% nominal y un 77,1% real, y las Acciones de Formación Docente se reducen un 14% nominal y un 36,3% real. En contrapartida, la porción que va al pago de intereses de deuda alcanza el 18%, unos 600.000 millones de pesos.
Mientras en Capital Federal la comunidad educativa se organiza contra el proyecto de la UNICABA, la situación en la Provincia de Buenos Aires no es de ningún modo alentadora. Abunda la superpoblación de alumnos y la superposición de institutos, así como la falta de inversión por parte de la gestión de María Eugenia Vidal. A continuación, un caso testigo.
Instituto Superior de Formación Docente N° 39 – Vicente López.
El 39, como se lo conoce, se ubica sobre la calle Agustín Álvarez, a pocas cuadras de Puente Saavedra. Actualmente comparte edificio con la Escuela Media 6.
Hace dos meses hubo un corte del suministro de agua por rotura de un tanque, lo que llevó a estudiantes autoconvocados – ante la falta de respuestas por parte de su gremial estudiantil – a organizarse.
Hicieron cortes sobre Av. Maipú, clases públicas, y un relevamiento sobre la situación de las aulas y el mobiliario, el cual arrojó el faltante de más de 100 tubos de luz, de mobiliario educativo y falta de mantenimiento en calefacción y calderas, lo que derivó en una cursada gélida.
La situación preocupaba: había sólo dos baños para 600 alumnos, e incluso llegó a reventar el motor de la caldera principal, dejando como saldo 6 personas hospitalizadas.
El instituto comparte edificio también con la Primaria N°8, la cual está clausurada hace meses por peligro de derrumbe, limitando aún más las condiciones de cursada y aumentando el hacinamiento.
Ante los reclamos estudiantiles – que el rectorado desoyó permanentemente – la asamblea autoconvocada logró diversas reuniones con el Consejo Escolar de Vicente López, dependiente de la Provincia.
El Consejo abrió el diálogo y accionó en lo urgente: llegaron los tubos de luz (aunque no se colocaron) y se rellenaron matafuegos. Se gestionó la llegada de una arquitecta que arreglaría los baños, en grave estado.
Los alumnos pidieron al Consejo un certificado de hermeticidad (para comprobar que no haya pérdidas de gas) y otro de instalaciones eléctricas confiables. Aunque ésto debería ser tarea de la Provincia, la gestión la está realizando la municipalidad para acelerar los tiempos y por la falta de presupuesto que tiene la gestión bonaerense en ésta materia. Debido a pérdidas de gas, una gran porción del edificio tiene cerrada la llave de paso.
Los directivos de la secundaria y el terciario poseen un interés en cooperar mutuamente y buscar una solución al conflicto igual a cero. La plata de la provincia no aparece y la obra requiere de una partida presupuestaria no menor.
Teniendo en cuenta la media sanción del Presupuesto 2019, el panorama no es alentador. Queda entonces en manos de los alumnos y la comunidad educativa toda ponerse en pie de lucha por las reivindicaciones mínimas a las que tienen derecho, y alzar la voz en las calles y en las casas contra la miseria programada por los de arriba y en éste caso también, los de afuera.