Ayer se reunieron los sectores más dialoguistas con el Gobierno en la sede del gremio del Gas. Asistieron Gordos, Independientes, Transporte, el MASA y las 62 Organizaciones. Héctor Daer, el número puesto para conducir. Moyano encamina la construcción de un central paralela.
Tras la marcha que organizó el moyanismo junto a un puñado de gremios, el kirchnerismo, las organizaciones sociales y la izquierda, un amplio sector de sindicatos que conforman la actual estrcutura de la CGT se manifestaron en contra y ahora, además, de eso, se pusieron en marcha para modificar la conducción de la CGT.
El miércoles último se reunieron en la sede del sindicato del Gas que dirige Oscar Magnone, referentes del sector de los “Gordos” como Héctor Daer y Carlos West Ocampo (Sanidad), Armando Cavalieri (Comercio); los “independientes” Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias); los transportistas Omar Maturano (maquinistas de trenes, La Fraternidad) y Mario Caligari (colectiveros, UTA); integrantes del MASA, Omar Viviani (Taxistas), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) y Guillermo Moser (Luz y Fuerza); y de la ultra oficialista 62 Organizaciones, Mangone, y los referentes del sector energético Antonio Cassia, Guillermo Pereyra (Petroleo) y Juan Manuel "Cacho" García (estacioneros del interior).
Se fijó un cronograma de actividades que tienen como fin llegar hasta un Congreso normalizador en el que se erigirán las nuevas autoridades. De todos modos, en principio se espera que a fines de marzo o principios de abril haya otra reunión en la que se amplíen los adherentes. Sobre todo esperan la asistencia de la UOM (Antonio Caló) y el SMATA (Ricardo Piganielli) que ayer no estuvieron a pesar de que fueron convocados. Esperan el mismo gesto de algunos gremios que hoy apoyan al moyanismo.
Esta estructura gremial apunta a que en un futuro exista un unicato como conducción y a quien se perfila como su líder es uno de los actuales triunviros: Daer. De todos modos, no se descarta el nombre del ferroviario Sasia.
En paralelo, y formalmente fuera de la actual estructura de la central obrera, el moyanismo convocó una reunión con aquellos dirigentes que estuvieron en la protesta del 21 de febrero con el objetivo de –una vez más- armar una central paralela.